El punto de partida es un análisis del dónde estamos
(espacio real), del qué tenemos (datos disponibles o documentación) y de a
dónde queremos llegar (planificación de la acción).
Para darnos una idea general de estos aspectos, el autor nos
pasea por conceptos como: los elementos básicos para la transmisión de un
mensaje: Emisor __Medio__Receptor; y nos lleva a reflexionar un poco sobre lo
que entendemos por comunicación vrs información. A partir de las posibles
formas de configuración de estos elementos, se puede dar una “comunicación” o
una “información”.
Cuando al emisor no le interesa transmitir todos los datos
de algo y encima se utiliza de un porta voz para hacerlo a medias y tener al
receptor/destinatario controlado, está realizando una información, generalmente
parcial y/o fragmentada.
Cuando el objetivo es que las cosas, o reglas, o reparto de
tareas estén claros, el remitente trabaja por que todo funcione integralmente y
que todos y cada uno de los demás sepan qué está pasando, como también sepan
moverse en su ambiente de trabajo. Por tanto, el emisor intenta crear un
ambiente de comunicación.
Generalmente, así es como son estos elementos:
Emisor: tiene, frecuentemente, el interés en ocultar hechos
o datos. No vaya ser que un espabilado llegue a saber tanto como él y le
amenace el puesto.
El Medio: cuando es un portavoz, no siempre entiende lo que
tiene que decir, ya que tampoco a él se lo han dicho todo. Y por eso es porque
muchas veces al informar algo y alguien le hace alguna pregunta, contesta
diciendo “bueno, eso no lo sé.” Cuando no es un portavoz, es decir, cuando es
el mismo que detenta el conocimiento, al hacérsele preguntas “peligrosas”, el
“dueño de la información” sencillamente le da unas vueltas, utiliza
“palabros”(R.C.) y les camela a los oyentes, que no se atreven a reformular la
pregunta ni mucho menos a hacer otra. Pero en ambos casos, se quedarán sin
saber lo que realmente les interesa.
El Receptor: algunas veces no es capaz de entender todo lo
que se le explica ya que “nuestra capacidad de análisis es limitada” (R.C) y
sobre todo porque la información ya viene ineficiente desde arriba.
Transformar la información en comunicación es el reto de las
instituciones. Se puede llegar a ello trabajando con claridad y aceptando –
desde el emisor hasta el destinatario – que somos falibles, pero que dentro de
nuestra falibilidad podemos ser muy buenos, lo que en todo caso no nos quitaría
la responsabilidad de co-operar, de actuar con otros, bien auxiliándoles o
ayudándoles a crecer, bien aprendiendo de ellos, de sus aciertos y de sus
errores a la vez que también actuamos como modelo de cómo hacer las cosas bien
y de qué no hacer.
Hay que conseguir una buena información., seleccionalarla y
hacer un buen uso de ella para que todo el proceso sea efectivo.
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